martes, 24 de mayo de 2011

Eric: Adiós pequeña (Frío)


La seguiría al fin del mundo.
Recorrería Londres bajo la lluvia, París bajo las luces de bohemia... recorrería sin duda el callejón del beso con ella. México, lindo México, besos, pasiones... colores, algarabía, ella, yo...

Con su boina francesa y su sonrisa de cristal, la veo marchar, risueña y contenta, con alguién que no soy yo.
Casi parece una princesa de cuento, enroscado su brazo alrededor del torso de éste.
Él acaricia suavemente su costado, como si temiese romperla...

Si yo la tuviese, si ella fuese mía... jamás la dejaría ir. Agarraría su cintura y la fundiría a mi cuerpo, a base de gestos y serenatas de balcón. No obstante la dejo marchar y me siento estúpido, tan ridículo en esta partida de poker... (supongo que yo juego sin pareja, y ella... con repoker en la mano).

Veo como coge el avión, contenta de irse.
Creo que me olvida, por momentos, por instantes... que se marcha y que no vuelve.

Yo, me quedo exhausto, agarrado a la baranda, escondido tras el pilar de mis olvidos, viéndola partir: "Adiós, querida..."

Su pelo ondea cuán bandera, hiza velas... el barco pirata embarca, con el cofre del tesoro (mi corazón) y un polizón, en busca de Tierra.

Casi la veo aterrizar, descorchar su sonrisa de diamante, y ponerse otra vez la boina, con un acento Francés que deja mucho que desear.
La veo deambuleando por las calles, zarandeando sus caderas como potro sin domar. Veo como lo observa, como se para en la curva de su hombro. Los veo besarse...

Cae la noche, mas yo apenas lo veo; las lágrimas surcan mi rostro, creando riachuelos de tristeza, que desembocarán en el mar Elizabeth.

Ella ya no está... y yo sigo aquí perdido en la calle.


No hay comentarios: