lunes, 18 de julio de 2011

El cajón de los recuerdos de Ebie (Frio)



-Sois alucinantes... ¡los dos follais tremendamente bien! Daniel era más espiritual, menos rígido... entendía a la mujer y sus células ( era como si las traspasara y supiese exactamente donde canalizar su fuerza más devastadora), pero ¡o cariño! tú eres más salvaje, más directo... joder, ¡me has dejado buena! creo que no lo olvidaré nunca... ¡ay dios!

Eric se levanta de la cama estirándose como un auténtico semental, que da por concluido su trabajo. La curva de su cuello al estirarse es exáctamente como la recordaba.

-Ebie, cállate... como si no hubiese oido eso antes...- me mira con una sonrisa burlona impregnada en sus ojos, después como si yo no esperase la pregunta, mas temiéndomela, pregunta- ¿conociste mucho a Daniel?

Yo observo su cuello absorta, refrenando las ganas de besarlo y acostarme con él una vez más. Una vez recuperas el amor perdido, ¡Qué dificil y absurdo volver a perderlo!

-Mejor que nadie...
-¿Mejor qué Elle?
-Jamás lo conoció- ahora soy yo quien le mira a los ojos- nunca entendió su mirada, esa tristeza impregnada a su esencia... Elle nunca entendió nada, ¡lo mató poco a poco y sin darse cuenta! Yo no lo ví morir, pero puedo jurar, que al fin fue feliz. Elle nunca asumió que lo fuese, no sin ella...
-¿Lo quisiste?

Yo no aparto la mirada a sabiendas que hacerlo desmentirá mis palabras...

-¡Cómo fo...!- me mira- está bien... digamos que era buenísimo, no te ofendas, tú eres genial, ya lo sabes... pero Dan... Dan amaba a las mujeres, a todas. Deseaba recorrer mundo, poseer a las mujeres, desnudarlas y pintarlas así, puras y desnudas. Descarnarlas con su sexo, y después marcharse, con su retrato desnudo. Así, era su arte... Elle se quedó con los recuerdos, yo con los retratos. Con los suyos desnuda, y con los míos sin vestir... Recorrió ciudades enteras... Ella acabó con su libertad...

-¿Él la amaba?- me pregunta con un matiz en los ojos, que muy a mi pesar reconozco. Un matiz enamorado, ese del que Daniel jamás logró desprenderse. Ese del que Elizabeth era dueña, y ninguna otra podría arrebatar (jamás)

-Como nunca había amado. Él no era un ángel, si no la hubiese querido jamás se hubiese quedado... por eso nunca se marchó, no del todo... el amor sobrevivó después de todo, si no ¿porqué Eric, estarías aquí repitiendo los errores de Dan? Él la amó más de lo que quiso a ninguna otra mujer, y creeme quiso a muchas... (quizá demasiadas...)


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