domingo, 12 de junio de 2011

Tú o yo (Alma)



Los días pasaban y yo, tan estúpida como siempre, veía pasarlos quieta y exhausta, como si la energía que fluía por mi cuerpo se desvaneciese con cada amanecer.

Sentía un cúmulo de sangre borboteando en mi cabeza, mas eso era imposible, la jaqueca debía ser fruto de mi incontrolable imaginación, producto de una ensoñación infinita.

Y mientras, tú merodeabas en mi vida como si mi presencia fuese fruto de tu cosecha, tocabas el violín, me dedicabas tus horas de serenata, y yo tan presuntuosa y necia como siempre, te miraba escondida y absorta como una niña pequeña, olvidando los resquemores y perdonándote una y otra vez.
Como una ninfa, que deseaba ver el mundo girar. Mas una obscena imagen recorría mi existencia, y me perturbaba como si hubiesen segado mi bosque a bocajarro, y hubiesen dejado, como prueba de la naturaleza tardía el riachuelo de mis lágrimas.
El mundo que yo quería ver no tenía cabida en un mundo sin ti. Y era tan estúpido, no podía vivir contigo mas sin ti tampoco.
Quizá mi oportunidad de vivir se hubiese fugado con mi último hálito de vida.

Y a pesar de todo, estaba lo suficientemente compungida para enfrentarme al mundo y a ti.

Para insinuarme que no me importabas, para luchar por mi futuro indefinido, aunque tuviese que destruirte a ti en el camino.

No me importa (fingía que no me importaba), pero en el fondo, este dolor me dolía más que a ti.

Quizá me había precipitado al pensar que acabar con la persona que más amas por despecho, era cosa sencilla, quizá me prometí utopías tan vanas como las tuyas.
Creo que lo de las falsas promesas nos vino congénito.

Y aunque aún te amaba, a pesar de todo, estaba (por primera vez) dispuesta a salirme con la mía, aunque tú no salieses de esta.

Por eso, cuando crucé la puerta lo hice, con la férrea intención de acabar contigo de una vez por todas, quién iba a decirme que las cosas no saldrían como yo esperaba...


No hay comentarios: