miércoles, 13 de abril de 2011

Mis manos en tu cintura



-¿Tienes miedo?


Ella gira su cabeza levemente, mirándome fíjamente a los ojos.

En ellos, vislumbro una marea arremetiendo con una roca, y esa lucha constante, me hace sentir que la vitalidad de la mujer que tengo entre mis brazos es inagotable; que sus efusivos encantos, son demasiado para un solo hombre, y que amarla (amarla como se merece) es más complicado con ella que con ninguna otra mujer.


Quizá por eso, ella es diferente. Tan sencillamente especial, y tan compleja, que haría temblar a cualquier Dios de cualquier tierra.


-¿Miedo de qué?- le pregunto


Enredo mis brazos en su cintura, mientras mi mente repasa una canción cuya letra no recuerdo.

En ella, hablan de una mujer, y de sus manos en su cintura.

Yo la acarició, mientras mis dedos notan, adherirse la tela de su vestido a su cuerpo.

Puedo sentir, allí posado en sus caderas, su leve respirar, tranquilo y sereno.


-De que yo pueda soltarte.

De que me canse, de que me entre miedo. Miedo, de que un día me vaya sin dar explicaciones, miedo porque soy diferente al resto, y eso a mi no me asusta, pero ¿y a ti? ¿acaso es posible que alguien comparta mi camino? a veces me cuesta creerlo, llámame incrédula si quieres.

Aunque pensandolo bien, quien quizá tiene miedo soy yo. ¿Te irás Mark? ¿Soltarás tus manos de mi cintura?


Mientras habla no aparta la mirada de mi rostro.

Sus palabras expresan las debilidades ocultas en una mujer dificil con un pasado más dificil aún.


Ella, compleja y absurdamente simple como es, no tiene miedo de decir como es mas sí de mostrarse. Sin embargo, junto al mar, y en mis brazos, puedo sentirla sencilla, sin absurdas barreras y sin egos demasiado bien construidos.

Allí en el mar, Elizabeth solamente es Elizabeth, no una mujer altanera; su alter ego existe.


-Yo no te temo pequeña.

Nunca he temido amar, quizá porque nunca lo he hecho. Un día te despiertas y ves el mundo. Lo miras y te dices, que quizá haya algo que tenga sentido en la vida, y que quizás no es más cuentión de estar esperando, si no esperar a que llegue la cuestión. La vida te sorprende a veces. A mi me sorprendiste.

Así que no te temo, como sé tú tampoco me temes a mí. Si lo hicieses, no estarías regalándome la vida.


Ella sonríe y se gira, mirando el mar.

Su cabello, parece mecerse con el leve baibén del viento. Sus mechones parecen querer escapar de su cabellera, como un pura sangre indomable, bajo el manto estrellado, pero ella está allí, serena y tranquila, y yo, no tengo intención de dejarla marchar.


"Parece que el pequeño Mark por fin a despertado" pienso.


Me acerco más a ella y le beso el pelo :" No tengo intención de dejarte ir. Nunca más."

2 comentarios:

PaZzO dijo...

tengo frio sabes tengo frio en mis ojos el hielo provacado por tus letras hacen que este centro de mi dea vuelta en torno al mundo y siento que cada vez recorro mi ser recogien pasos que nunca di tengo frio sabes.... (hermoso escrito)

emperatriz de sueños dijo...

Gracias, sólo espero que ese frío que sientes se vaya derritiendo con la sangre caliente del café por la mañana temprano :)
Gracias por seguirme angel y bienvenido! :)