Una mujer hermosa se esconde tras esa máscara, no me cabe duda.
Su cuerpo es esbelto, y bajo las ropas parece insinuarse y potenciar cada curva de su cuerpo, no obstante, lo más impresionante no es su cuerpo (que lo es), si no su mirada y el redoble de tambores oculto bajo ella.
Le tomo la mano y la saco fuera.
Ella me sigue sin mediar palabra, como si su inmensa belleza fuese el antagónico resultado de sus escasas palabras.
La noche ha caído en picado.
Mis pies están agotados tras las incesantes horas de baile, sin embargo, mi cuerpo me pide más ritmo, más vida...
La luna aún no ha salido del todo, quizá porque ha quedado medio oculta tras las finas nubes.
-¿Como te llamas princesa? - le pregunto sin censura y falto de vergüenza.
Para entonces ya la conozco bien, ya conozco sus vivencias, sus secretos... ya conozco su alma.
Sin embargo no conozco nada, no conozco su nombre, no conozco su voz, no conozco su rostro...
-Elizabeth- me dice.
En su voz puedo reconocer, voz contenida, quizá algo de nerviosismo.
Su voz y su nombre me recuerdan a una mujer que una noche apareció en mis sueños.
Espero que ella pregunte mi nombre, sin embargo no aparece esa muestra de cortesía en ella.
Es más, ella me sorprende, con un acto; un acto impoluto, simple y halagador.
Sus brazos de estiran tras su cabeza. Sus dedos, juguetean con su pelo y el lazo de detrás de la nuca, hasta que de pronto la máscara cae.
El ruido de ésta al caer contra el suelo, no es mayor que el ruido que hace mi corazón al estamparse de lleno (y de pronto) contra mi pecho.
Elizabeth, no es un sueño.
3 comentarios:
La escena es muy vívida, espectacular.
encerio que buena redaccion quisiera saver quien lo escrivio por que ecerio es bello
aver si me contastas viviancita_13@hotmail.es
Hola muchas gracias, me alegro que te guste. Mi seudonimo es emperatriz de sueños, siento no poder decirte más :) Bueno, muchas gracias por tus palabras, y bienvenida ^^
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