miércoles, 7 de diciembre de 2011

Por ti iría al fin del mundo, pero... ¿y si el fin del mundo fueses tú?(Frío)

Transcrito: (escrito en papel, a la hora de lengua. Entre suspiro y suspiro, con amor y un poco de excepticismo. )(Queda decir (y en su defensa) que Elizabeth, pese a todo, ES HUMANA, aunque a veces, se olvide de demostrarlo)
***

"Fácil" la palabra resuena en su mente, acribillándola, con la fría punta del puñal, agujereando su cuerpo, desangrándola. La parca clavándole su daga.

"No creas" las palabras quedan adheridas en su paladar, pastosas, sin poder salir. Así, por primera vez ella calla.

Dave toma el arma entre sus dedos, acariciándola, como hace con ella, con ternura. Enreda sus dedos en su frío cuerpo, apoyando el índice en el gatillo, suave, seguro como cuando enrosca su cuerpo al de ella, y comienza a masturbarla. Entonces ella pierde las ganas y el valor, se siente celosa por esa manera de rozar la culeta, de apuntar a su garganta, a la de ella.
Desea que apriete el gatillo y todo se acabe, su vida, la de él, la de ella. No quiere hacerlo, teme no poder dar marcha atrás, deseosa de huir, a esos lares infantiles.
La imperiosa pistola indemne. El muerto. Ella muerta.

Como Romeo y Julieta, los dos, desangrándose de amor, perdidos en la boca del uno y del otro, mordiéndo la muerte, saboreando la vida.

Decide tomar la palabra, pero teme; tomar la soledad de ésa noche (inminente ya) y masturbarse ella sola.
Deprabarse con su dedo (o con varios) mientras descarna su sexo con el arrítmico compás de su paja. La escena, casi oscena de su sexo abierto le da las fuerzas (que no tiene) para hablar, para disparar su arma; ¿para herir con su lengua?
"Te quiero" piensa "Demasiado. ¿Se puede querer demasiado?" no pide disculpas, no quiere tener que pedirlas, se siente tranviesa, inquieta, insegura y temblorosa. Por primera vez desde hace demasiado tiempo (como para que recordar duela) tiene miedo. Demasiado amor, demasiado miedo.

-¿No dices nada?- dicé él, interrumpiendo sus cávalas
-Matar es fácil- repite las palabras de él- en última instancia, morir.

Dave se ríe gozoso, como cuando hacen el amor. Acaricia levemente, su "Mark del 91".
Entonces Elle, siente ganas de reventarle la cabeza, de ser violenta. No quiere domar sus innecesarios celos. "No creas" se recuerda.

-Lo dices como si hubieses matado antes...- se burla de ella
-¿No lo he hecho?- pregunta confusa.

Quiere despejar su cabeza, necesita aire. Respirar. Pero siente que se ahoga, y cada vez, ve el abismo más y más negro, separarles más y más. Ella lo siente...

-Elle, aunque quisieses, tú no podrías...
-¿Matar?-ella sonríe escéptica- ¿Qué es matar?¿Crees que es mucho más valiente tu manera de asesinar, de robar vidas, que la mía? ¿Crees que no podría meterte una bala en la cabeza?- "Olvidarme de todo", lo piensa, pero no lo dice...

Él le entrega la pistola, le reta, tal y como ella había previsto. Coge la pistola, y se la mete en la boca, en la de él. Casi parece como si la estuviera besando. Otra vez despiertan sus celos...
Dave sonríe, juguetón "hazlo". ¿Hasta qué punto es incapaz de matarlo?

-¿Crees que no me atrevo a dispararte?

Aprieta el gatillo, pero no dispara; no puede, no quiere.
Retira temblorosa la pistola de entre sus labios, poniendo fin al beso de los dos amantes, pero no le devuelve el arma. Sigue en sus manos...

¿Cómo atreverse a perderle si ella ya no sabe vivir sin él?
"Amar es no tener que decir nunca lo siento", ya no cree en ésas palabras. Ella LO SIENTE.

-Regla número uno- le confiesa, segura de sí misma.- nunca amenaces a alguien si no puedes cumplir con tu amenaza. Te hace débil.

Y entonces aprieta el gatillo, y esta vez sí, dispara.

-Lo siento...- susurra.

Elizabeth, le besa en los labios, mientras un reguero de sangre roja desciende por el brazo izquierdo de Dave. Espera no ser letal. Por vez primera, espera no ser letal y que él pueda perdonarla.

"Amar... amar es saber sentir incluso cuando más se siente"